ECOSISTEMA MARINO

ECOSISTEMA MARINO


Toda la tierra que hay sobre los océanos podría caber holgadamente debajo de él; el planeta quedaría totalmente cubierto de agua. El Everest ubicado en la fosa de las Marianas estaría a dos mil metros debajo de la superficie marina. Debajo de los océanos también hay volcanes; el volcán Mauna Kea en una de las islas Hawaianas, mide desde su base más de 10000 metros, siendo entonces la montaña más alta del mundo.
Los mares se formaron junto con el enfriamiento del planeta, cuando el vapor se condensó sobre su superficie; al agua superficial le fue añadida agua que manaba del interior del planeta. En un principio contenía muchas sustancias disueltas: cloro, bromo, yodo, boro y nitrógeno; con el tiempo y el desgaste de las rocas, más sustancias se diluyeron, volviendo los océanos cada vez más salados.
Se sabe que la vida se originó en el planeta hace unos 3500 millones de años por la datación de los fósiles que se han encontrado; todavía viven algunos ejemplares muy antiguos; todos ellos son organismos unicelulares, y representan el primer eslabón de la vida planetaria pues transforman la materia mineral en orgánica. Se los denomina fitoplancton, que en griego significa plantas errantes, tienen multitud de formas (púas, lanzas, enrejados) y suelen estar recubiertas o encerradas en diminutas conchas.Junto a ellas vive el zooplancton, algunos de entre ellos unicelulares pero que no contienen clorofila: comen materia vegetal, y forman parte del reino animal; el zooplancton también incluye a animales más grandes: gusanillos fosforescentes, medusas, cangrejos nadadores e infinidad de pequeños camarones, denominado zooplancton permanente, y las larvas de cangrejo, de estrellas de mar, de gusanos y moluscos, denominados zooplancton temporal. Cada integrante de la masa flotante devora algas o animalillos.



Juntos forman el plancton, un “caldo viviente” errante que es alimento de muchísimos animales mayores. Algunos de ellos sencillamente lo devoran desde el fondo de las aguas no muy profundas, por medio de tentáculos: como las anémonas, de brazos plumosos, o como los percebes; o por medio de filtros en su cuerpo: como las tridacnas y acidias; pero en el océano profundo los animales que ingieren zooplancton están obligados a ser activos nadadores, sin por ello tener que avanzar rápido; el caldo es tan nutritivo que los planctófagos alcanzan tamaños enormes, como el de la manta o el tiburón peregrino, 6 y 12 m respectivamente; ambos usan un filtro de peines para retener el plancton y hacer correr el agua.
El tiburón peregrino es muy lento, no avanza a más de 5 km. hora, habita aguas frías aunque tiene su equivalente en las aguas cálidas, todavía más grande, llamado tiburón ballena: 18 m de longitud y 40 ton de peso, es el pez más grande que existe; viaja en pequeños grupos, es inofensivo y si se siente molesto huye hacia la profundidad; está siempre acompañado por un escuadrón de pequeños p
eces que picotean entre sus dientes o comen de sus excrementos. Los tres peces citados son primitivos, pues tienen un esqueleto cartilaginoso y no óseo.


Más o menos en la misma época surgieron los peces óseos, que adquirieron con la novedad algunas ventajas: una vejiga natatoria que les permite alcanzar mayores profundidades y el desarrollo de fuertes aletas pares (pectorales y abdominales) que les permiten maniobrar con mucha mejor destreza. Entre ellos, muchos fueron y son planctófagos, sin llegar nunca a alcanzar los tamaños gigantescos de los primeros pero formando cardúmenes comedores de plancton cuya masa total supera al tiburón ballena y que se mueven como si fuera un sólo individuo (cosmos): anchoas y arenques, los primeros prefiriendo el fitoplancton y los segundos el zooplancton; son cardúmenes que pueden ocupar varios kilómetros de ancho.


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